Uno de los medios más populares de rejuvenecimiento facial no quirúrgico son los rellenos faciales. Se trata de inyectar geles especiales que ayudan a alisar arrugas, tensar el óvalo de la cara, cambiar el contorno de pómulos, labios, cejas o mejillas.
Los rellenos modernos contienen ácido hialurónico, sustancia que puede retener el agua en las células. Y es precisamente esa falta de agua, la que con la edad, bajo la influencia de factores externos (sol, cambios de temperatura, ecología) abandona la piel, provocando su envejecimiento. Con el fin de restaurar el tono de la piel y hacerla elástica, los cosmetólogos comenzaron a utilizar preparados a base de ácido hialurónico ya en los años 70 del siglo pasado. Por lo tanto, se puede decir que estos rellenos han pasado la prueba del tiempo.
Los rellenos Juvederm se consideran unos de los más fiables utilizados en la cosmetología moderna. Se producen por la empresa americana Allergan y tienen una reputación impecable. Los rellenos Juvederm contienen ácido hialurónico de bajo peso molecular de origen no animal. Se obtiene como resultado de la fermentación bacteriana de una cepa natural de Streptococcus equi, que no es peligrosa para el ser humano. Además, el relleno contiene lidocaína, anestésico local.
Los productos Juvederm han sido sometidos a numerosas pruebas y están aprobados por la FDA, la organización médica estadounidense para el control de calidad de los productos médicos.