Dependiendo del tipo de piel y de sus problemas, el cosmetólogo selecciona el tipo de limpieza. Se diferencian en el modo de actuar sobre la piel.
La limpieza profunda manual es una de las formas más comunes de la limpieza facial. Todas las manipulaciones se llevan a cabo por el cosmetólogo con las manos o con la ayuda de herramientas especiales, como sacacomedones, extractor Unna-Vidal y otras. Durante la limpieza manual, el cosmetólogo aplica primero un producto especial para abrir los poros, y luego trata manualmente cada centímetro. Este método es el más eficaz para trabajar con pieles grasas problemáticas. Con la ayuda de la limpieza manual, es posible deshacerse de comedones, puntos negros y acné graso subcutáneo. Por desgracia, la limpieza manual es bastante dolorosa, y cuanto mayor es la inflamación de la piel del paciente, peor se tolera. Después de un procedimiento de este tipo, el enrojecimiento de la piel permanece durante 2-3 días, pero la alta eficiencia de esta limpieza compensa esta desventaja.
La limpieza ultrasónica es uno de los métodos más populares de limpieza facial. Las altas vibraciones de los ultrasonidos limpian suave y delicadamente la piel de impurezas, puntos negros y sebo. La limpieza facial ultrasónica es adecuada para todo tipo de pieles. No solo promueve la limpieza profunda, sino que también rejuvenece la piel, aumenta la elasticidad y la firmeza, suaviza las arrugas y activa los procesos metabólicos.
La limpieza hidratante al vacío se realiza con una ventosa especial que crea una presión en la piel del rostro con la infusión simultánea de diversos sueros para purificar e hidratar la piel. El dispositivo arrastra un trozo de piel, lo que provoca un aumento de la circulación sanguínea y la apertura de los poros. La limpieza facial al vacío es adecuada para pieles normales a moderadamente grasas. Permite limpiarla de células queratinizadas, comedones, puntos negros, tapones de sebo. Además de que la limpieza al vacío actúa sobre las capas superficiales y profundas de la piel, tiene un pronunciado efecto de drenaje linfático.
La limpieza con láser es una de las más modernas técnicas de limpieza facial. El rayo láser destruye la capa superficial de la piel junto con las impurezas y las partículas queratinizadas. El procedimiento es bastante doloroso y se utiliza cuando es necesario no solo limpiar la piel, sino alisar la textura o las arrugas, combatir la pigmentación o el postacné.
La limpieza combinada es el método más utilizado para la limpieza profunda de la piel. Durante el procedimiento, el cosmetólogo combina la limpieza facial manual y la aparatología. Combinando los efectos de distintos procedimientos se obtiene un impresionante resultado final. La piel queda limpia y radiante, el color y el tono del rostro mejoran y las arrugas se alisan.