El cuidado facial diario permite a la mujer moderna mantener su juventud y belleza durante mucho tiempo. Hoy en día se puede encontrar casi cualquier producto para el cuidado de la piel en casa. Tónico, loción, crema, peeling, mascarilla: todos estos medios que las mujeres pueden utilizar en casa. Pero no siempre este tipo de cosméticos es bueno para la piel. Los productos para el cuidado mal seleccionados no solo son inútiles, sino que a veces empeoran el estado de la piel del rostro. Mientras tanto, sin una limpieza e hidratación adecuadas, la piel del rostro pierde su atractivo. ¿Y qué hay que hacer entonces? La respuesta es obvia: recurrir a un especialista.
Uno de los procedimientos más comunes y agradables en cosmetología es la aplicación de mascarillas faciales. Los cosmetólogos de todo el mundo llevan décadas utilizando este producto de cuidado para nutrir en profundidad la piel del rostro. A diferencia de las mascarillas de uso doméstico, que actúan sobre las capas superficiales de la piel, las mascarillas profesionales penetran mucho más profundamente y son capaces de ayudar a resolver diversos problemas: desde la simple limpieza o hidratación hasta la lucha contra las manchas de pigmentación.
Una mascarilla facial profesional no es una simple aplicación de algún producto sobre la piel. Es todo un complejo de procedimientos, que incluyen una limpieza profunda de la piel, la apertura de los poros, la hidratación, la tonificación y el enriquecimiento con vitaminas y nutrientes. Las mascarillas profesionales contienen muchos componentes básicos y activos, como el ácido hialurónico, las ceramidas y el colágeno.
Existen muchos tipos de mascarillas faciales. Se diferencian no solo por el tipo de piel sobre el que pueden aplicarse, sino también por el tipo de fabricación, la forma en que actúan e incluso se secan.
En función del tipo de la piel y de los problemas a tratar, el especialista selecciona una mascarilla específica. Si el tratamiento se lleva a cabo de manera regular, los componentes activos de las mascarillas se acumulan en las capas profundas de la piel, mejorando y revitalizando el aspecto del rostro.